El mandala es un símbolo armonizador, de diseño geométrico que parte de un punto central rodeado de puntos equidistantes formando un círculo contenedor. Las intersecciones de sus líneas y figuras o formas interiores que representan distintas modalidades de la energía son consideradas, probado cientificamente, de un efecto benéfico frente a estados de desequilibrios emocionales, círculos, cuadrados, laberintos, espirales, todos tienen su connotación. Aprendamos a utilizarlos para nuestro beneficio. A los 10 minutos de trabajar con el mandala se produce la alineación de los dos hemisferios cerebrales (razón y sentimientos equilibrados) y producen una respuesta más elaborada, reflexiva, a lo que el medio nos está demandando, que puede ser, por ejemplo víspera de un exámen, toma de decisión, relajar, relajar después de un día intenso, etc.
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